Cautivando a sus fieles

4:18:00
Desde tempranas horas de la tarde se comenzaba a llenar la Plaza Mayor que muy pronto la abarrotarían miles de chiclaneros que aguardaban la salida de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, más conocido popularmente como Medinaceli. Sin duda alguna lo de ayer demuestra una vez más que la talla de Medinaceli es una de las devociones mas arraigadas de nuestro pueblo.

Poco a poco asomaba el paso de Cristo de alpaca plateada y pudimos comprobar un precioso detalle ya que una vara de la Cofradía se encontraba entrecruzada en el frontal del canasto en recuerdo de Rafael Baro, miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad que ocupaba el cargo de Vocal de Caridad y que nos dejaba el pasado mes de diciembre. Aún así el seguro que presenció la salida de su Cristo desde un lugar donde solo pueden están los privilegiados.

El cortejo fue avanzando por la Plaza Mayor al igual que el paso de Cristo a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Zoilo Ruiz Mateos (Rota), la Virgen fue acompañado musicalmente por la Banda Municipal Maestro Enrique Montero de nuestra ciudad con un repertorio muy clásico.

Tras la Cristo como ya es tradición largas colas de penitencia a los pies del Dios Moreno, tras la larga penitencia el cortejo de la Virgen que este año recuperaba en el mismo un estandarte con el icono del corazón de María y los siete puñales, un banderín según nos explicaba su Hermano Mayor D. Antonio Vallejo, tiene más de 50 años y aún está a falta del bordado. Otra recuperación, en este caso restauración ha sido la de la saya de la Virgen que lucio ayer de forma espectacular.

Se vivieron momentos muy emotivos durante todo el recorrido en especial la visita este año a La Banda a las Hermanas Sor Ángela de la Cruz y el paso por Carrera Oficial de la Cofradía.

Aproximadamente a las 01:00h volvía la Cruz de Guía a la Plaza Mayor y de nuevo se abarrotaba la plaza para una recogida apoteósica con el encuentro de ambos pasos. Sin duda alguna un gran Miércoles Santo en el que el tiempo acompañó y, a pesar del frío los fieles del Señor de Medinaceli estuvieron otro año más inseparable junto a el.

| Redacción: Jorge Carmona Betanzos |

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