Tras el Domingo de Resurrección es momento de realizar balance de todo lo que ha acontecido en nuestra ciudad durante la última semana. Una Semana Santa que, a pesar de los estrenos, nos ha dejado de nuevo un mal sabor de boca.
Como viene siendo habitual en los últimos años, la Semana Santa en Chiclana comenzó el Sábado de Pasión con la procesión del Grupo Parroquial del Perdón, pero con la novedad de la incorporación del Grupo Parroquial del Amor a esta jornada de vísperas. Un día que estuvo marcado por la incertidumbre de la caprichosa borrasca que se cernía sobre el cielo chiclanero, pero que sin embargo no impidió el lucimiento de estos dos grupos, que si siguen por el camino que llevan, serán hermandades de penitencia más pronto que tarde.
El Domingo de Ramos también estuvo cogido con pinzas hasta bien entrada la tarde y los pronósticos cambiantes hacían prever una nueva jornada de miradas constantes al cielo. Pero la incertidumbre se disipó conforme las palmas y hebreos avanzaban en su itinerario, ya que las nubes dieron paso a una tarde esplendorosa de Domingo de Ramos.
Sin embargo, los cofrades de Humildad y Paciencia no tuvieron tanta suerte. Aparentemente la tarde se planteaba como las dos anteriores, es decir, llena de pronósticos que cambiaban cada hora. Por eso, la Hermandad se acogió a la Esperanza que su Virgen les da y decidieron realizar su salida procesional. Salida procesional que se vio truncada a la altura de la calle Álamo por un fuerte aguacero que hizo volver precipitadamente a su iglesia a los hermanos de San Telmo.
Llegó el Martes Santo y con él los claros al cielo de Chiclana. La climatología se alió con los hermanos de los Afligidos para que realizaran una tranquila estación de penitencia. Lució la nueva cuadrilla de hermanos que, bajo las órdenes de Francisco Nodal y a los sones de la Agrupación Musical Virgen de Valme, hicieron un excelente papel en este su primer año.
Y como todos los años, Chiclana se rindió a los pies del Medinaceli otro Miércoles Santo más. El Señor Moreno de San Juan Bautista procesionó majestuoso, acompañado de la Virgen de los Dolores, arropado por cientos de chiclaneros que formaron un numeroso cortejo y por miles de personas que atestaron las aceras a su paso.
Otro año más, el Jueves Santo se caracterizó por las inclemencias meteorológicas. Inclemencias que hicieron que la Junta de Gobierno de la Hermandad del Nazareno tomara la más dura de todas las decisiones, la suspensión de su salida procesional. En el interior de la iglesia conventual, se vivieron momentos de tristeza y angustia, pero después del accidentado Jueves Santo 2011, esta Hermandad no quiso repetir los mismos errores.
Sin embargo, la Hermandad de la Borriquita, emborrachados por la ilusión de estrenar la nueva imagen y alentados por unos partes meteorológicos que anunciaban una tregua, decidió realizar su salida procesional con la imagen del Santo Crucifijo de la Salud. Una procesión que sorprendió gratamente a los cofrades chiclaneros por su solemnidad y recogimiento. Se respetó el silencio durante todo el recorrido, a excepción de varios amagos de aplausos que en seguida fueron acallados por el chistar de los más entendidos. No obstante, el discurrir de esta nueva talla tuvo que ser acortado por las amenazas de lluvia y solo pudimos ver al Santo Crucifijo de la Salud dos horas en la calle.
Y como en ese famoso “día de la marmota” la historia se volvió a repetir. Vimos de nuevo llantos en la Capilla de la Soledad y carreras apresuradas en la Hermandad de la Vera Cruz. En efecto, un año más los hermanos de la Soledad tuvieron que quedarse en su sede sin poder realizar la estación de penitencia acompañado de sus titulares. Por su parte, Vera Cruz decidió salir y tras realizar la estación de penitencia, regresó apresuradamente a su templo para refugiarse de unas nubes que asomaban amenazantes en el horizonte.
De la procesión del resucitado, poco podemos destacar, ya que sigue sin tener la importancia y relevancia que el misterio de la Resurrección representa. Esperemos que muy pronto surja un grupo parroquial en torno a esta advocación que potencie y ponga en valor este misterio que es sin duda la base teológica de todo el cristianismo.
En lo positivo tenemos que destacar la buena labor de los grupos parroquiales, la mejora de la Plaza Mayor y la incorporación del Santo Crucifijo de la Salud a la Madrugá chiclanera.
En lo negativo sin duda hay que hacer mención a la lluvia que nos ha privado de varias salidas procesionales y ha entorpecido otras. También habría que destacar la forma de andar de las cuadrillas de los pasos de misterio, ya que todas han optado por un estilo de andar con cambios que no es el más adecuado para determinadas iconografías.
En conclusión, una Semana Santa que lamentablemente ha venido marcada por la climatología, dejándonos buenos y malos momentos.
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