// Francisco J. Morales Aleu // ¡Venga de frente! //
Hace unos días, unos buenos amigos míos han puesto en funcionamiento un nuevo blog bajo el nombre “La Chiclana Costalera”. Se trata de un blog donde van “colgando” distintas fotos sobre sus vivencias costaleras, a la vez que informan de la actualidad del mundo de la trabajadera en Chiclana.
Como diría aquel: “Todo eso está muy bien…” pero salta a la vista que hasta el momento están dejando fuera de esa “Chiclana Costalera” a muchas personas que tanto en la actualidad como en años atrás han hecho grande la costalería chiclanera. Y es que no podemos olvidarnos que hace poco más de tres décadas, cuando algunos de los que estamos ahora ni habíamos nacido, algunos hombres buenos, peones de antaño, iniciaban un movimiento que daría origen a las peñas de costaleros.
Los que me conocen estarán sorprendidos de que le dedique estas palabras a las peñas de costaleros, esas peñas que para mí han sido sinónimo de estancamiento en la evolución de la costalería chiclanera y que debido a esa misma evolución han ido perdiendo peso en el panorama costalero de nuestra ciudad.
No obstante, en su época supusieron una revolución ya que fueron los primeros en formar cuadrillas no asalariadas, cuadrillas de devotos y no de profesionales, fueron los primeros en Chiclana en sentir ese mismo gusanillo que nos arrastra hasta las trabajaderas año tras año.
Es por ello que bajo ese título de La Chiclana Costalera quisiera colocar a esos pioneros, que muchos años antes que nosotros, pasearon por Chiclana a nuestros titulares, coquetearon con esa “herramienta” que muchos otros creen haber inventado e hicieron que se empezara a hablar mucho y bien de los costaleros de Chiclana allí por donde fueron.
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