Con las hermandades y cofradías de nuestra ciudad inmersas en el reparto de sus túnicas, desde La Pasión en Chiclana, queremos lanzar un llamamiento a todos los cofrades para que este año vistan la túnica de nazareno y engrandecer, desde su penitencia, nuestra Semana Santa.
Que los nazarenos juegan un papel muy importante dentro de los desfiles procesionales es algo que saben bien nuestras Hermandades y Cofradías, pero sin embargo este papel no está tan valorado por parte de los cofrades en general. Salir de nazareno, más allá de lo sentimental y espiritual, supone para las hermandades, además de un ingreso extra de beneficios (que nunca viene mal), un marco incomparable donde colocar sus pasos. Y es que a todos nos gusta ver como el paso se divisa en la lejanía entre las filas interminables de nazarenos, precedido de esa nube de humo creada por el cuerpo de acólitos. Con esto queremos decir que vistiendo la túnica de nazareno, además de acompañar de un modo anónimo y solemne a nuestras imágenes, contribuimos en cierta medida al espectáculo que supone poner una hermandad en la calle.
Ese espectáculo que parece reservado a costaleros y músicos, que si bien contribuyen con su esfuerzo a la plasticidad total del discurrir de las cofradías por las calles chiclaneras, no hacen más que poner un broche de oro a todo una obra de arte que comienza con el primer nazareno que porta la Cruz de Guía y termina en la última persona que en la penitencia acompaña a la procesión tras el último de los pasos.Unos motivos triviales, carentes de la religiosidad y devoción que requiere vestir la túnica nazarena pero que no dudamos en defender y exponer, ya que sabemos positivamente que todo aquel que acuda a recoger su túnica de nazareno lo hará rebosando devoción y que este argumento no será más que una excusa más o al menos ese empujoncito final que lo saque de la duda para que finalmente parta desde su interior ese sentimiento que lo haga afirmar con rotundidad eso de "Este año salgo de nazareno con mi Hermandad".
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